Viviendo entre dinosaurios

No debe ser sorpresa para algunos el hablar de la basta riqueza biodiversa que habita en Colombia, con una amplia variedad de especies endémicas se le conoce como el segundo país más biodiverso del mundo y parte de este tesoro habita en la selva húmeda chocoana.

Los basiliscos o Basiliscus en su nombre científico, son una de las especies estrella en nuestras instalaciones debido a que por su extraordinaria habilidad de caminar sobre el agua se roban la atención de todo el que los observa, no solamente es este “poder sobrenatural” su más grande atractivo sino también su apariencia salida de un libro de historia natural. Con su larga cola, que les permite estabilizarse en sus desplazamientos sobre el agua; sus piernas largas y uñas que le permiten trepar para huir de depredadores; y unos lóbulos dérmicos similares a aletas en sus patas, es un animal todo terreno más que fascinante.

Apodados como “pequeños dinosaurios”, esta especie cumple un papel muy importante en el equilibrio del ecosistema en el que aprovechando la humedad del lago, cazando cangrejos y algunos insectos han habitado este, su refugio, donde se encuentran protegidos y viven libremente.

Son una especie inofensiva y un poco escurridiza, aunque es un poco difícil capturar el momento donde despliegan todo su talento, los puedes avistar tomando el sol o correteando con su particular movimiento entre los arbustos sin problema.

¿Sabías qué…?

Es debido a los lóbulos dérmicos ubicados en las patas, que se despliegan al correr sobre el agua, que logra aumentar la superficie de contacto con el líquido y por tanto mantenerse sobre la superficie por un corto tiempo.